Andreina es originaria de la ciudad de Maracay, Aragua, en Venezuela. Un estado de la costa conocida como la ciudad del Jardín y la cuna de la aviación.
Nyna, como la conocen sus amigos, migró a la Ciudad de México en 2010 con la intención de estudiar una carrera universitaria, solicitando una visa de estudiante en su país. En ese momento, con Hugo Chávez en el poder, el gobierno venezolano quitó las remesas estudiantiles y las pensiones que permitían que jóvenes pudieran salir a realizar sus estudios en el extranjero, sin embargo, tras esta decisión que llegó con una serie de políticas autoritarias impuestas por Chávez, obligó a Nina a regresarse sin la oportunidad de concluir sus estudios.
En Venezuela, junto con el apoyo de su familia, Nyna logró formar una empresa familiar dedicada a la organización de eventos.
“Mi empresa funcionaba súper bien y no tenía problema con ello, pero qué pasa: yo trabajé con un partido de oposición político en Venezuela y se me cierran muchas puertas, nada más por el hecho de estar con un partido de oposición al gobierno de Nicolás Maduro y de Hugo Chávez.
“Ya no puedes optar por un sistema para obtener casas por el gobierno, coches por el gobierno, nada de eso pues optar cuando estás en un partido de oposición.
Te empiezan a hacer el feo, a partir de ese momento tu vida corre peligro por el simple hecho de pensar diferente”.
Por su situación y la crisis en la que caía Venezuela, Nyna se vio obligada a salir de su país –nuevamente- y pedir asilo político en México.
“Comienza la frustración porque llega un momento en el que ya no puedes, se te cierran puertas por todos lados. Hay una fuerte crisis humanitaria por culpa de la política”.
En Venezuela, se estima que al menos el 8% de sus habitantes ya no vive ahí. La mayoría se encuentra en Chile, Argentina, Colombia y, ahora, en México.
Nyna regresa a este país en noviembre de 2017 con la intención de poner “un granito para su país, desde afuera”.
Aunque para la joven de 27 años su estancia en México ha sido agradable, dejar a su familia en la situación que no te permite salir adelante, ha sido lo más triste.
“Es bastante triste estar de este modo, con el corazón dividido. Aquí (en Querétaro) echándole ganas para ser mejor, y con el otro lado con un corazón en Venezuela que duele. Todos los días es bastante triste”.
A su regreso, Nyna logró instalarse con sus tíos en la Ciudad de Querétaro. Es licenciada en Contaduría, por las mañanas trabaja en una oficina de organización de eventos y por la tarde es hostess de un restaurante.
Querétaro, una ciudad ubicada en el centro del país, reconocida por su imagen colonial y sus tradiciones culturales, ha sido el lugar que desde inicios del 2013 acogió a cientos de venezolanos que se ven en la necesidad de migrar por la crisis en la que viven. Hasta el 2017, el incremento de venezolanos en el estado aumentó en más de 600%.
Para julio de 2018, cuando se tuvieron elecciones para la Constituyente del país sudamericano, se pudo contabilizar, gracias al material electoral, 800 venezolanos residentes en el estado de Querétaro. Se estima que de los cerca de 35 mil venezolanos residentes en México, 10% eligió la entidad queretana para establecerse.
“Querétaro es un estado hermoso, con una bendición geográfica que no hay sismos ni terremotos, una ciudad tranquila que tiene mucho por crecer porque tiene mucha industria, además, nos ha recibido con los brazos abiertos”, dice la venezolana residente de Querétaro.
México se ha convertido en el destino favorito de los migrantes venezolanos.
Según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, en 2017, de los 57 mil 946 extranjeros que obtuvieron tarjetas de residentes temporales en México, 5 mil 906 fueron venezolanos.
México hoy acoge una gran cantidad de migrantes venezolanos, incluso, el número es mayor a los migrantes que llegan de Honduras, Guatemala y el Salvador, países característicos por migrar al centro del continente en un intento de llegar a la frontera norte.
Sin embargo, de todos los migrantes que el país ha recogido, hay una cifra que causa mayor impacto. El de los residentes permanentes por reconocimiento de refugio. De los 2 mil 190 extranjeros que obtuvieron este beneficio en 2017; 814 son venezolanos. Es decir, un 37.16%.
“Estoy muy agradecida con México y con Querétaro por habernos recibido”, comenta Nyna, sin perder la esperanza de regresar algún día con su familia.
“Me encantaría que mi país mejorara, que saliera el gobierno que está ahora y que ha hecho mucho daño. Qué ha separado familias, que ha matado mucha gente por el sólo hecho de pensar diferente, que los mata de hambre por no tener comida ni medicina.
“Quisiera vivir en la Venezuela en la que crecí”, dice Nyna.