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Saqueos, asaltos y asesinatos; la crisis de violencia en Nicaragua

Los nicaragüenses están lidiando con una situación hasta ahora desconocida: la inseguridad en las calles

Escrito en MUNDO el

Los nicaragüenses están lidiando con una situación hasta ahora desconocida: la inseguridad en las calles. Evitar salir de noche es ahora una de las principales recomendaciones entre la ciudadanía debido a que se han registrado asaltos a mano armada y asesinatos en un país que se caracterizaba sobre todo por sus altos índices de seguridad.

La situación no ocurre solo en zonas exclusivas o céntricas y tampoco solo en Managua. Los dos periódicos de circulación nacional del país alertaron sobre este fenómeno recientemente. "Matones imponen toque de queda", tituló El Nuevo Diario en su edición del 27 de mayo. En la nota informaban de denuncias de ciudadanos de distintos barrios de la capital que aseguraban que encapuchados se movilizan en camionetas y disparan a los pobladores.

El conflicto en Nicaragua en 5 puntos

Nicaragua cumple hoy 51 días de protestas que la tienen inmersa en una crisis sociopolítica. Pobladores en las calles han solicitado la salida del actual presidente, Daniel Ortega, debido a la represión a las manifestaciones, y el gran capital ha solicitado un adelanto de las elecciones para elegir nuevas autoridades. Durante la crisis, que empezó el 18 de abril, según organismos de derechos humanos han resultado fallecidas más de 100 personas.

La inseguridad ciudadana es un factor con el que los nicaragüenses no están acostumbrados a lidiar, contrario a sus vecinos del Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala), zona considerada como una de las más violentas del mundo.

De acuerdo con estadísticas policiales, la tasa de homicidios de Nicaragua es de 7 por cada 100,000 habitantes, el índice más bajo entre los países de Centroamérica, y el menor indicador en Nicaragua en los últimos 11 años. Las autoridades han indicado que el éxito radica en el modelo comunitario que ha implementado la Policía Nacional. Los expertos sostienen que también se debe a la inexistencia de las maras que en el Triángulo Norte imponen el terror.

Ahora, sin embargo, la situación de inseguridad impera en muchas ciudades. Para muestra, un botón: Cinemas, una de las cadenas de cine más importantes del país, anunció este viernes que a partir de esa fecha "por motivos de seguridad" cerrarán a las 17:00 horas en todas sus localidades.

Las causas

Francisco Bautista Lara, ex subdirector de la Policía Nacional y ahora consultor en temas de seguridad dijo a medios locales que "cuando la confrontación política llega al extremo y explota, se desencadenan todos los males".

"Percibo que estamos repitiendo un ciclo desafortunado que ha ocurrido en distintos momentos de la historia de Nicaragua y que ojalá pueda descontinuarse lo más pronto posible".

Bautista Lara explica que la seguridad ciudadana descansa en cuatro componentes fundamentales: hechos delictivos, percepción sobre los hechos, respuesta y confianza.

"De tal forma que la seguridad ciudadana se modifica cuando alguno de esos  cuatro componentes o todos se deterioran: ¿qué pasa con los hechos? Hay más hechos delictivos, independientemente de si la gente los está denunciando, están ocurriendo más hechos. Hasta antes de abril nosotros teníamos una tasa de homicidios de 7 por 100,000 habitantes, ¿cuántos tenemos ahora? Sin duda estaremos pasando la tasa de 10 u 11 por 100,000 habitantes en un país que tenía una tasa privilegiada", analiza.

El ex jefe policial añade que "la percepción social se ha deteriorado, es decir, la gente tiene miedo para salir en la noche". Sobre el último componente, que es la respuesta, dice que "no hay ninguna capacidad de respuesta de la Policía".

"La policía está rebasada en términos prácticos porque en parte se ha deteriorado la confianza y ese es el cuarto elemento. La confianza hacia la Policía es fundamental para preservar la seguridad", dice.

"Los actores políticos en la historia de Nicaragua, y no me refiero solo a este suceso, en general han tenido el vicio, la mala costumbre o el error cultural histórico de explotar en medio del conflicto la marginalidad social, entonces confrontan la marginalidad social, utilizan la marginalidad social y la sacan a confrontar al poder político y viceversa. Tenés en la calle gente haciendo lo que quiere hacer, por iniciativa propia, empujado por otros, y ese desborde es un círculo vicioso y va creciendo y creciendo porque el otro ve que no pasa nada, porque la impunidad es real, porque la Policía no tiene la capacidad, el sistema de justicia no tiene la capacidad técnica de abordar el problema y tampoco tienen la autoridad y el respeto para imponer ese orden que existía, eso es lo que estamos viendo ahora", asegura Bautista Lara.

Lo más grave a su criterio es que "en dos meses puedes descomponer el orden social y para recomponer ese proceso descompuesto vas a requerir cinco años, 10 años, eso es lo lamentable".

Saqueos en Masaya

Desde que empezó la crisis la ciudad de Masaya ha sido víctima de constantes saqueos. Sus pobladores se han enfrentado a las fuerzas antimotines cuando estos han reprimido las protestas.

"Julián" es un comerciante de esta ciudad que prefiere omitir su identidad por seguridad. Tiene dos módulos en el Mercado de Artesanías de Masaya, parada fija para todo turista que visita Nicaragua debido a que esta ciudad se denomina la "cuna del folklore" y porque ahí se elaboran todo tipo de artesanías típicas.

La madrugada del 1 de junio este mercado fue saqueado. No era la primera vez. Los saqueos se registraron por primera vez el segundo día de protestas, el 19 de abril, en ciudades como Managua y León, pero en Masaya han continuado.

"La Policía está frente al mercado y no hizo nada, los que saquearon no eran protestantes. Había módulos donde no había mercadería porque los dueños se las habían llevado y no les interesó, desbarataron las puertas y quebraron vitrinas. Se robaron todo lo que era de cuero, las artesanías las quebraron y lo que era de madera lo quemaron", detalló.

Relata que parte de lo que ofrece en su tienda se encontraba resguardado en su casa, pero que los delincuentes robaron lo poco que aún estaba en el mercado, en su mayoría ropa típica que ellos elaboran en la pequeña empresa que da empleo a 18 personas, entre los que confeccionan las prendas y las dependientes.

Cierre de tiendas

La situación en Masaya ha llevado a tomar algunas medidas drásticas. Las instalaciones del Banco de Finanzas (BDF) fueron vandalizadas la madrugada del 1 de junio.

Debido a esta situación, BDF "para salvaguardar la seguridad de sus  colaboradores y clientes continuará con el cierre temporal de la sucursal hasta tanto no se recupere el clima de tranquilidad en la ciudad de Masaya", precisaron en un comunicado emitido el viernes. Dos bancos más cerraron sus sucursales en este municipio, Ficohsa y Avanz.

"Después que Masaya vivió la primera represión por parte de fuerzas regulares y paramilitares, el jueves 19 de abril, cuando atacaron una marcha pacífica en contra de la reforma a la seguridad social, se desató una ola de saqueos que no ha parado", informó La Prensa en su edición de este sábado.

La inusual imagen de cadáveres en Nicaragua


La mañana de ayer sábado los nicaragüenses se levantaron con una imagen impensable 40 días atrás: la de un cadáver tirado en una de las principales vías de Managua. Había también dos vehículos quemados.

La embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, confirmó que el fallecido tiene nacionalidad estadounidense.

"En Rubenia, cerca de la cooperativa de buses Parrales Vallejos, los vecinos del lugar escucharon un impacto y cuando salieron de sus casas vieron que una camioneta había impactado por detrás a un carro. Del carro se bajaron dos hombres heridos, uno de ellos salió corriendo y pidiendo ayuda, el otro cayó en el pavimento. El que salió corriendo fue auxiliado por una persona que iba en moto y se lo llevó. De la camioneta se bajaron unos hombres que remataron al que había quedado en el suelo y luego quemaron los vehículos", informaron medios locales  en su edición digital la mañana del sábado.