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“Ni el calor nos detiene, hay que chambear”

A estos tres señores los “golpeó” en sus ventas de agua, nieve y planes de renta para celular el fin de quincena, que ni la ola de calor logró subir

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Escrito en METRÓPOLI el

La ola de calor en la CDMX no detuvo a Juan, Víctor y José. Cada uno, desde temprano salió de su casa a trabajar. Antes, se untaron protector solar en el rostro, vistieron una camisa fresca de manga larga y se pusieron una gorra.

Juan vende nieves y paletas, José agua de garrafón, y Víctor planes para una compañía de telefonía.

Los tres coinciden que en estos días el sol ha estado muy fuerte, pero es más fuerte la necesidad. Tienen en común que laboran bajo el sol; la vida les dio la opción de las ventas en la calle. Ahí es donde encontraron trabajo.

Juan vende paletas y nieve (Especial)

No hay de otra, el ser humano se acostumbra a todo, menos a no comer. Llueva, truene o relampagueé tengo que salir a trabajar y más en estos días hay que aprovechar el sol, aunque con todo y la ola de calor las ventas están bajas”, dice Juan, el señor de las nieves, quien prefirió omitir su apellido, ya que una vez fue víctima de usurpación.

El problema, dice, es que aunque hace mucho calor cada vez hay más vendedores de helados y paletas. Eso provoca que incremente la competencia y ya no sea tan rentable como antes. También cree que este fin de quincena pegó duro a la cartera. 

Cada vez hay más competencia para Juan (Especial)

Nosotros pensamos que en esta temporada alta nos podríamos recuperar de las ventas bajas de los tiempos los fríos, pero no, porque hay mucha competencia. En tiempo de calor cualquiera es vendedor de agua, paletas, congeladas y ya hasta ‘bon ice’. Ayer me peleé con un vendedor de ‘bon ice’ porque se me pusieron dos carritos enfrente de donde vendo afuera de una escuela. No saqué nada de ventas, se me quedaron todas las paletas”.

En promedio, Juan obtiene 200 pesos de la venta de nieves y paletas. El martes sólo obtuvo 80. “Hay veces que ni mi gasto saco y cuando está bueno el día y no hay competencia me va bien. Por ejemplo, ahorita los botes de nieve están llenos, y vea la hora, ya es tarde. Esta mercancía dura cuatro días y son ocho botes, antes se me acababan en dos días”. 

Juan tiene 73 años y 60 de ser comerciante. El arte de hacer nieves lo aprendió de un hermano mayor. Nació en Hidalgo y desde pequeño sus padres lo trajeron a la Ciudad de México. No estudió, ni sabe leer ni escribir porque toda su vida se ha dedicado a trabajar.

Juan tiene 73 años y 8 hijos qué alimentar (Especial)

Tiene ocho hijos, cuatro mujeres y cuatro hombres. Con su carrito de paletas y nieves ‘sacó’ adelante a su familia. La mayoría se fue de la ciudad. Pese a eso, él debe de trabajar para atender a su esposa enferma y apoyar a una hija que es madre soltera. Como comerciarte ambulante, Juan no tiene acceso a una pensión.

Vive en Chalco y diario va a la zona de Balderas y al centro a vender sus nieves. De domingo a domingo. Sólo descansa un día al mes, el último día del mes, que es cuando no van los niños a la escuela ya que la mayoría de sus clientes son estudiantes. De trayecto hace dos horas, se va en transporte público. Su carrito lo deja encargado.

Trabajo más o menos de las 11 de la mañana a las 7 de la noche. Cuando era más joven yo hacía la nieve. Ahora, por mi edad, la compro, porque aunque estoy sano y me siento bien, ya es mucho para mí”.

 “SALGO A TRABAJAR MÁS TEMPRANO PARA EVITAR EL SOL”

José Oliva es vendedor de agua de garrafón. Anda en un triciclo a pesar de las inclemencias del clima. Esta ocasión le tocó pedalear con una temperatura de 32 grados centígrados, y un sol que quema la piel bajo la ropa.

Está pesado, aparte de que las ventas no se han incrementado, hay que trabajar más rápido para salir más temprano y evitar el sol de la tarde. Trabajo de 6 a 7 horas”.

Tiene 62 años y desde hace siete reparte agua de casa en casa. Hace tiempo trabajó en el sistema de transportes eléctricos de la ciudad, renunció para irse a Estados Unidos y cuando regresó a México, por la edad le buscó de vendedor.

Calor en la CDMX rompe récord histórico

Su hijo acaba de terminar la Universidad, estudió Ingeniería en Computación, pero no encuentra trabajo.

José regresó de Estados Unidos y tuvo que dedicarse a vender agua (Especial)

Reparte agua en la colonia Doctores y La Roma. Termina muy cansado y con el calor que ha hecho estos días por la onda térmica que pegó al país, aún más. Dice que el martes sintió más fuerte la temperatura.

Víctor Pacheco vende planes de telefonía celular en las esquinas desde hace un mes. Es programador web y desarrollador de videojuegos; sin embargo, no ha encontrado trabajo de eso. Necesita el dinero porque apenas nació su segundo hijo.

Víctor vende planes de telefonía celular (Especial)

Señala que aunque hace mucho calor y sí le pega, debe de laborar. Sabe que es temporal en lo que la crisis pasa y que en cualquier momento le pude llegar algún trabajo de desarrollador. Mientras tanto tiene que soportar el calor.

He estado trabajando en el sol. Al principio me caló mucho y lo que estuve haciendo fue utilizar cremas corporales para que no se me pelara la cara. Estoy tomando constantemente, de hecho tomo unos tres litros de agua al día”.

Cuenta que hace dos días estuvo muy fuerte el calor. Se insoló. Cuando llegó a su casa le dio fiebre y tuvo que tomar medicamento para ir a trabajar este miércoles. “Si no nos alcanza. Ahora nos toca estar bajo el sol”.

mlmt