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"Los Chapitos" y "El Guano", la pugna silenciosa

Hechos violentos han sellado el conflicto que existe entre los herederos del grupo criminal del Joaquín "El Chapo" Guzmán

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Escrito en ESPECIALES LSR el

 


CULIACÁN, Sinaloa.-  “Poco a poco el sobrino (Iván Archivaldo) le ha quitado la plaza al tío; este año ya fueron tajantes con los que siembran drogas: nada de venta a la gente del Guano”, cuenta un vecino de Revolcaderos, Badiraguato, avecindado en la capital de Sinaloa.

El apodo de “El Guano”, de Aureliano Guzmán, hermano de Joaquín "El Chapo", apenas se conoció en 2014, luego de la captura del líder del cártel en Mazatlán. De inmediato las autoridades federales lo mencionaron como posible candidato a ocupar el trono de su hermano.

De los hermanos de Joaquín  Guzmán, Aureliano es de quien menos ha informado la Procuraduría General de la República (PGR). Se conocen algunas de sus andanzas en la sierra de Sinaloa a través de testimonios de pobladores, porque las autoridades no lo tienen en su lista de “los más buscados” ni en el programa de recompensas que por lo regular visibiliza a supuestos capos de alto perfil.

“El Chapo” es el cuarto de 11 hermanos. Criado en el pueblo de La Tuna, pronto se hizo cargo de la familia. Aureliano, tres años mayor, siempre fue su sombra, una figura secundaria que primero se dedicó al negocio de la marihuana y que, con el encarcelamiento del líder, fue creciendo hasta ocupar un lugar prominente en el cártel de Sinaloa.

Estados Unidos no ha revelado cargos por narcotráfico en su contra y menos está incluido en la ''lista negra'' del Departamento del Tesoro. En su informe 2017, la DEA solo colocó a Rafael Caro Quintero y a Ismael “El Mayo” Zambada García como líderes del cártel de Sinaloa. Ni “El Guano” ni sus sobrinos aparecieron en el documento oficial. 

En contraste, este miércoles por la noche la DEA colocó a Jesús Alfredo Guzmán Salazar, "El Alfredillo", entre los 10 más narcotraficantes más buscados.

En la lista también aparecen  Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’; Ismael Zambada García, ‘El Mayo Zambada’, y Rafael Caro Quintero.

‘El Alfredillo’ es buscado por los delitos de conspiración por posesión e intento de distribución de sustancias controladas, además de conspirar para importar y exportar sustancias controladas para su distribución.





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Pero ahora, Aureliano Guzmán Loera vive una guerra interna contra sus sobrinos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, quienes de acuerdo con algunos badiraguatenses, han tomado el control de importantes territorios de siembra de enervantes en el Triángulo Dorado, el negocio del huachicol y las máquinas tragamonedas en Sinaloa.

Para los pobladores de este municipio, bastión de los Guzmán, la guerra se lleva a cabo de manera soterrada, sin demasiados reflectores mediáticos. “El Guano”, dicen, “está arrinconado” en lo más profundo de la sierra, en donde se dan escaramuzas que no salen en los medios de comunicación.

“Aureliano es conocido por la gente de aquí como una persona violenta, muy territorial que antes de la captura de su hermano solo operaba en la sierra, estaba también dedicado al cuidado de doña Consuelo, su madre y madre del Chapo”, señala el ex funcionario del ayuntamiento de Badiraguato, el municipio serrano de Sinaloa estigmatizado por ser cuna de grandes capos y a la vez uno de los más pobres del estado.

“Desde el asesinato de don Ernesto (marzo 2015), la familia del Chapo, sus hijos, comenzaron a tomar distancia, porque el crimen de don Ernesto se le achacó al Guano, siendo medios hermanos, pero fue con el ataque al Ejército cuando ya empezó la desconfianza y poco a poco el pleito”, comenta un ex funcionario del ayuntamiento de Badiraguato, que habló a condición del anonimato.


El inicio de la pugna

El pleito entre tío y sobrinos se vio concretado a fines de abril pasado, aunque ya desde 2016 las relaciones entre estas dos generaciones se encontraban mal debido al ataque al convoy militar que dejó 5 soldados muertos. En un principio, la Sedena atribuyó a los hijos del Chapo la autoría intelectual, y señaló que el motivo fue el rescate de un jefe de sicarios de “El Guano”.

El domingo 15 de abril pasado, grupos de sicarios irrumpieron en por lo menos ocho comunicades de Culiacán y Mocorito, en la región centro del estado, en busca de huachicoleros que trabajaban para Aureliano Guzmán.

En videos que circularon en redes sociales se observaban caravanas de camionetas, algunas tipo Suv y otras Pick-Up, con comentarios de los jóvenes armados como para la guerra: “Pura gente de Iván, nada de Guano a la v...”, vociferaban mientras grababan con sus celulares el movimiento de personas armadas por comunidades del norte de Culiacán.

En la zona urbana de la capital sinaloense, decenas de jóvenes a los que relacionaban con las actividades de Aureliano y sus hijos comenzaron a ser agredidos, privándolos de la libertad o dándoles muerte. De acuerdo con fuentes de la Policía Ministerial del Estado, algunos hechos están vinculados al narcomenudeo, a la venta de gasolina robada o a la recaudación de maquinitas tragamonedas, que ha resultado un negocio jugoso para el Cártel de Sinaloa.

El pasado 18 de agosto, familiares informaron sobre la privación ilegal de la libertad de al menos 10 jóvenes en las colonias Colinas de la Ribera y Lomas del Humaya, sectores colindantes en la capital. De acuerdo con los datos que aportaron las familias, la serie de “levantones” comenzó la tarde del miércoles 15 de agosto, para seguir el 16 y hasta el viernes 17.

Todos los jóvenes, cuyas edades van de los 18 a los 21 años, son amigos entre sí, y uno a uno hombres armados pasaron su casas para llevárselos a la fuerza en diferentes horas. La Fiscalía General confirmó que por estos hechos solo se habían interpuesto cinco denuncias. Estos casos, indicó la fuente de la Fiscalía, tienen vínculos con el conflicto que se libra entre los hijos de “El Chapo” y “El Guano”, aunque se ofrecieron más detalles del caso.

Muere hijo de “El Abogado”

Uno de los hechos que selló la guerra reciente entre clanes fue el asesinato de “Nacho” Acosta, hijo de Ignacio Acosta, uno de los operadores de Aureliano. Todo empezó con una persecución y balacera acontecida la tarde del 10 de julio pasado, cuando comandos de Los Chapitos y El Guano se enfrentaron sobre la carretera estatal número 24 que conduce a la cabecera municipal de Badiraguato.

La Fiscalía General y el alcalde, Óscar Lara Salazar, informaron que el saldo final de este choque entre grupos armados, en donde el Ejército entró al quite, fue de un joven muerto y tres heridos de bala perdida, uno de ellos un militar.

“En los hechos salió herido un militar, además de una mujer de 83 años y un hombre de 60 años”, señaló Lara Salazar, quien mencionó que las dos personas de edad avanzada fueron heridas en el fuego cruzado. El militar herido fue identificado por la Secretaría de la Defensa Nacional como Luis Ángel N, cabo motociclista de la Policía Militar.

Sobre el joven que fue abatido, el alcalde badiraguatense manifestó que desconocía su identidad puesto que no contaba con un informe o reporte oficial. En cambio la Fiscalía logró identificar como Ignacio N, hijo de uno de los lugartenientes de “El Guano”, conocido como ''Nacho'' Acosta, “El Abogado”.

El enfrentamiento se suscitó cuando los grupos de “El Guano” y “Los Chapitos” se encontraron sobre la carretera y sostuvieron intercambio de tiros hasta el bulevar principal de la cabecera. Los soldados acuartelados en la base militar bajo el mando de la Novena Zona Militar, al recibir reportes de disparos, salieron a hacer frente a los sicarios. Las camionetas se dispersaron entre las calles y las laderas, hasta que la milicia controló la situación.

Al anochecer de nueva cuenta los grupos rivales se encontraron en las afueras de la cabecera, en la zona norte donde pasa el río que lleva el nombre del municipio. Ahí cayó muerto el hijo de “El Abogado”.

Dos meses atrás de esta escaramuza, el 19 de mayo, sicarios irrumpieron en la comunidad de La Majada de Abajo, en el valle badiraguatense, y prendió fuego a por lo menos 8 vehículos y a una casa en la que no había personas. Como los tiroteos e incendio en comunidades aledañas, las autoridades atribuyeron este ataque a la pugna por el control del huachicoleo.

Del bajo perfil a la entrada en conflicto

“El Guano” pasó de coordinador logístico en la siembra de enervantes y jefe de seguridad en el Triángulo Dorado bajo las órdenes de su hermano, a convertirse en jefe de grupo. Para ello reclutó a sicarios para su estructura.

Pero a la par que esto sucedía, Iván Archivaldo hacía lo mismo. La guerra que desató contra Dámaso López Núñez por el control del cártel entre 2016-2017, detuvo las rencillas familiares, que se reactivaron a la captura de El Licenciado en mayo del 2017.

Cuando la PGR y la Marina perseguían a “El Chapo” en la zona serrana de Durango y Sinaloa, a “El Guano” le aseguraron un rancho en la comunidad de Bacacoragua, aunque en declaraciones a medios, doña Consuelo Loera Pérez manifestó que la propiedad era de ella, herencia de familia, y no de su hijo.

En junio de 2016 decenas de hombres armados subieron de la comunidad de Huixiopa a La Tuna (pueblo natal de “El Chapo” y donde vive su madre) por órdenes de Alfredo Beltrán Guzmán, hijo de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, para cazar a “El Guano” debido al asesinato de su abuelo, don Ernesto Guzmán Hidalgo, padre de Patricia Guzmán Núñez.

Pero “El Mochomito” no contaba con suficiente ejército, fue combatido y acotado. En esos meses la sierra vivió momentos convulsos, entre decenas de familias desplazadas y asesinatos de los que poco se supo de manera oficial. El Ejército y el gobierno estatal encabezado por Mario López Valdez enviaron operativos a la región sin resultados, sin detener a ninguna persona.


El ataque al convoy militar

Hasta que el 29 de septiembre de 2016, un grupo del Ejército se enfrentó contra pistoleros en los alrededores de Bacacoragua, que es el mismo corredor para llegar a La Tuna, donde fue herido Julio Óscar Ortiz Vega, El Kevin, uno de los jefes de seguridad de Aureliano. Cuando el convoy militar trasladaba a Ortiz Vega en una ambulancia de Cruz Roja, fueron emboscados en la entrada norte de Culiacán, con un saldo de 5 soldados muertos y 11 heridos, lo que provocó la furia de la Sedena.

Fue este hecho el que abrió más la brecha entre Aureliano y sus sobrinos, puesto que el rescate de El Kevin fue atribuido a los ejércitos de sicarios de Los Chapitos, y con ello la PGR y la SEDENA comenzaron a identificar y detener a lugartenientes de su grupo criminal, lo que socavó en mayor medida la estructura de Iván Archivaldo.

El Kevin sería encontrado degollado y envuelto en lonas de plástico en las afueras de un supermercado en el municipio de Navolato. La PGR informó que Francisco Javier Zazueta Rosales, Pancho Chimal, fue uno de los que encabezó el ataque. Fue detenido y más tarde se fugó del penal de Culiacán, pero un mes después la Secretaría de Marina informó que fue abatido en la región rural de Tepuche, en las afueras de la capital.

Los hijos de El Guano

Las autoridades locales y federales han identificado al menos a dos hijos de Aureliano Guzmán. En la balacera del 10 de julio en Badiraguato se corrió el rumor que quien resultó muerto era “El Pelón”, el mayor de sus hijos de Aureliano, conocido en Culiacán por manejar un grado alto de violencia, pero la Fiscalía confirmó que quien falleció era el hijo de “El Abogado”.

El menor de los hijos es Aureliano Guzmán Araujo, “El Guanito”, detenido por la Marina en un domicilio en la colonia Tierra Blanca en octubre 2015 junto con su pareja, Giselle Zepeda López. De acuerdo con la demanda de amparo interpuesto por familiares, “El Guanito” fue detenido cuando buscaban al Chapo.


“Tomando en consideración que la promovente refiere que los directo agraviados Guzmán Araujo y Giselle Zepeda, fueron privados de su libertad por supuestos elementos adscritos a la Secretaría de la Marina Armada de México y que ha preguntado en diversas corporaciones policiacas sin tener información de su paradero; asimismo, que se tiene el temor fundado de que sean exhibidos por los medios televisivos o escritos”, señala la demanda de amparo consultada.

Además de Guzmán Araujo y su esposa, también se interpuso amparo a favor de Alba Rosa Araujo López, Alba Yubel Guzmán Araujo, Yatziri Kristel Guzmán Araujo, Alba Rosa Araujo Uriarte y Martha Dalia Uriarte Araujo.

El escrito refiere que a las cinco mujeres fueron en su búsqueda a las instalaciones del penal de Aguaruto, a la Delegación de la PGR en Culiacán, a la Policía Municipal, a la Dirección de la Policía Ministerial del Estado y a la Base Temporal de la Secretaría de Marina ubicada en el Parque Ernesto Millán Escalante, antes Parque 87, y ninguna autoridad informó sobre su paradero.

La demanda fue sobreseída posteriormente debido a que todas las mujeres, salvo “El Guanito”, fueron puestas en libertad. Sin cargos firmes en su contra, más tarde Guzmán Araujo fue liberado.

Pero es a “El Pelón”, cuyo nombre es desconocido, a quien se le atribuyen hechos violentos en antros y bares de la capital sinaloense. El 28 de octubre por la noche, la Policía Municipal informó sobre una disputa que incluyó disparos al interior del antro The King ubicado en la avenida Cancún de la Isla Musala. En un video difundido en Facebook se escucha el momento en que la música es sofocada por un tiro y el grito de mujeres mientras decenas de clientes bailaban en la pista.

Sin embargo, desde que la pugna entre Aureliano y sus sobrinos de recrudeció, sus hijos y él se han replegado y se mantienen en el bajo perfil tanto en las áreas urbanas de Sinaloa como en la zona serrana, en donde se coincide que ha perdido territorios en estos últimos meses.

La declaración clave de Caro Quintero

Rafael Caro Quintero admitió en una entrevista reciente que cuando salió de prisión habló durante media hora con Aureliano Guzmán, pero nunca hizo negocios con él.

“Cuando salí vino a saludarme, estuvimos platicando una media hora y se fue”.

“Me dijo que sabía que yo era de los de la antigüita, y que también sabía que yo no trabajaba y que no quería trabajar, y le dije lo que le había dicho a su hermano y al señor Zambada, que era la verdad”, dijo Caro Quintero.