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López Obrador me excluyó de la política: Marco Rascón

Andrés Manuel López Obrador es un conservador anticomunista que se rige por la Biblia, afirma uno de los fundadores del PRD

Escrito en NACIÓN el

El 1 de septiembre de 1996, hace 22 años, Marco Rascón -entonces diputado perredista- se puso una máscara de cerdo durante el segundo informe de gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo.

El hecho -que desató la ira de los priístas y convirtió en un desorden San Lázaro- le costó ser excluido de la vida política. Quien lo excluyó no fue  el sistema, fue el entonces dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador.

Rascón, quien ahora busca la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por el Partido Humanista, dice en entrevista con La Silla Rota que el tabasqueño no le perdonó que se pusiera la máscara, debido a que ya tenía un acuerdo con Zedillo de que la fracción perredista no interpelaría o haría algo similar en el informe. 

“El principal problema que tiene que ver con la máscara de puerco fue su alianza con Zedillo. Ese fue el principal problema de la ruptura mía con López Obrador”.

UN CONSERVADOR

Rascón, quien fue guerrillero y posteriormente al sismo del 19 de septiembre de 1985 fue un gestor de viviendas para los damnificados, fue  fundador del PRD. Recordó cómo veía a López Obrador desde entonces.

“Un conservador, un profundo anticomunista entre otras cosas, yo sabía que él no se inspiraba en la política sino en la Biblia, desde el éxodo -se refiere al Éxodo por la Democracia que encabezó el tabasqueño a finales de 1994, inconforme por haber perdido las elecciones para gobernador frente a Roberto Madrazo-. Él era Moisés, sacando a los esclavos de Egipto. 

Asegura que él era crítico del acercamiento de Andrés Manuel López Obrador con el presidente Zedillo, que además ni siquiera se reflejaba en acuerdos públicos, sino que se daba en lo oscurito.

“López Obrador habla mucho de lo oscurito, su fuerza proviene de lo oscurito”, remarca.

Pero además Rascón no fue el único critico de la postura del tabasqueño. Éste ya había recibido críticas de otro eminente perredista, el ex líder estudiantil del 68, Heberto Castillo, quien en junio de ese año criticó el llamado de AMLO para no dejar solo al presidente Zedillo y apoyarlo, algo que Castillo consideró similar al apoyo que los panistas brindaron a Carlos Salinas en 1988, las llamadas concertacesiones. 

“Está el artículo de Heberto Castillo acusándolo de lombardista (a López Obrador) porque salió así como ha salido en momentos muy luminosos, a pedir que había que apoyar al presidente Zedillo frente a la circunstancia, que había que apoyar a Zedillo como presidente”.

En agosto de ese año López Obrador fue electo y asumió la presidencia nacional del PRD. Eso permitió un acuerdo entre las distintas fracciones parlamentarias -incluida la perredista- para no interpelar o incomodar a Zedillo en su informe. Dice que pese a los llamados a someterse al acuerdo, a ofrecimientos de dinero y a enviarlo fuera del país, Rascón en solitario decidió ponerse la máscara y explica sus razones.

“De pronto les dije: “si hago algo o no hago nada díganle a Humberto Roque (entonces coordinador parlamentario del PRI) y a Zedillo que es gratis” pero yo sabía que no hacer nada significaba que tomaran el control absoluto”.

Considera que haberse puesto la máscara de puerco fue su “suicidio político”, pero también lo fue llevar cartulinas como la que incluía la leyenda de `Desde el poder el derecho a desestabilizar al país` o `Gracias por exonerarnos. Figueroa-Madrazo. Los impunes`.

-¿Le excluyó López Obrador?

-Yo ya estaba borrado, a partir de ahí empieza mi separación, después de ahí estoy los dos años siguientes de asesor con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas cuando fue jefe de gobierno, porque si yo aparecía en cualquier cargo público con el PRD de Andrés o del PRI me iban a cocinar. Tomé sana distancia; al salir Cárdenas del gobierno de la ciudad, no tenía otra opción, conocía la mercadería de pescados y mariscos, había hecho algunas acciones de beneficio en el Mercado de la Viga y me quedé en el ramo, en ese pequeño local llevo 20 años y fue una evolución de meterme a aplicar viejos conocimientos y a la idea de sobrevivir. Se llama La Independencia.

 

VA POR LA SEGUNDA VEZ

No es la primera vez que Rascón busca la candidatura a la jefatura de gobierno. En el 2000 participó en la contienda del PRD, entre otros  contra López Obrador, quien resultó vencedor.

Este año, antes de convertirse en candidato por el partido Humanista, debe vencer en la contienda interna a la otra precandidata, Eunice Sierra, pero Rascón luce confiado, pese a haber hecho un sólo acto de campaña, el 31 de enero en la Plaza de la Solidaridad, sitio que resulta emblemático para él, por el sismo del 19 de septiembre.

Afirma que ese fue su único acto de campaña y sus gastos solo fueron 170 pesos, de las copias de su discurso que distribuyó entre la prensa y asistentes.

El también creador de Superbarrio Gómez lamenta que el proyecto de izquierda que ganó las elecciones hace 20 años hoy esté dividido entre perredistas y morenistas, y critica que en sus administraciones se hayan registrados casos como las ligas de Bejarano, la Línea 12 de Tláhuac y el News Divine.

Rascón espera que su gran oportunidad se dé en los tres debates entre candidatos y ahí es donde buscará ser competitivo.

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