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La última nota del joven trombonista apagada por una balacera

El joven músico admiraba a Willie Colón y fue una de las víctimas del ataque en el antro "La Cantinita Bartola"

Escrito en ESTADOS el

José Cortaza era estudiante de Música en la Universidad Veracruzana (UV). Su pasión se extendía los fines de semana, cuando tocaba el trombón en la Orquesta Mayabe.

Su último concierto de Salsa lo ofreció en el bar “La Cantinita Bartola”, donde él y otras personas murieron acribillados a balazos. 

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La orquesta xalapeña anunció en redes sociales el evento estelar del 26 de enero llamado “Viernes Salsero”. Allí Pepe Cortaza -como era conocido por sus amigos- hizo sonar su instrumento de viento toda la noche, hasta que sujetos armados acabaron con su vida y con una carrera artística de cinco años. 

Corrían las 2:30 horas del sábado 27 de enero -el concierto recién terminaba- cuando sicarios se apoderaron de la entrada del bar y dispararon contra las personas que tuvieron enfrente. Al instante fallecieron José Ignacio Cortaza y José Antonio Hernández, este último laboraba como guardia de seguridad. 

Otras cuatro personas también fueron alcanzadas por el plomo y su estado de salud es crítico. “Uno de los heridos presentaba al menos cinco balazos a la altura del tórax, provocados por proyectiles nueve milímetros”, refirió un paramédico, quien solicitó el anonimato. 

Como pocas veces, la muerte de una de una víctima fue confirmada por la máxima casa de estudios de Veracruz y no por el Gobierno del Estado. Mediante un comunicado, la institución defendió la integridad de José Cortaza, quien a sus 28 años cursaba el último semestre Educación Musical.

“Una vez más, la violencia ha lastimado a nuestra comunidad universitaria… Nos unimos en un abrazo solidario con familiares, amigos y universitarios, pero también nos unimos en una enérgica protesta contra la barbarie”, se lee en un comunicado firmado por la rectora Sara Ladrón de Guevara. 

Amigos del artista recuerdan que su carrera la inició “un poco tarde”, a los 23 años. De su natal Minatitlán emigró a Xalapa, donde se especializó en instrumentos de viento, pues le permitía tocar y bailar al mismo tiempo. 

Desde sus inicios como estudiante, José compartió uno de sus mayores sueños como trombonista: “siempre quiso aprender a tocar el solo en la canción de Idilio, no era fácil porque lo que usaba Willie Colón es un trombón de émbolos y el suyo era de bara, aun así, gracias a su tenacidad logró su sueño”, comparte un compañero de generación de la víctima. 

A José lo recuerdan como “un alumno de los más responsables; siempre asistía a clases y cumplía en todos los aspectos escolares. Como músico se veía muy disciplinado porque era fluido tocando y leyendo notas; jamás pensarías que llevaba tan poco tiempo tocando”, refiere el entrevistado. 

Sus compañeros de generación y jóvenes a quienes instruía música de viento, refieren a José Ignacio como un hombre simpático y popular. “Muy bromista, se llevaba con todo mundo, siempre tenía alguna broma que decir y a todos saludaba como “mi maestro”. 

La perseverancia de José como estudiante, le abrió una oportunidad en 2014, en la Orquesta Mayabe, una agrupación de vocación salsera, que es de las cotizadas en Xalapa y tocan éxitos de la salsa cubana, puertorriqueña y colombiana. 

La aceptación de Mayabe le dio a José la oportunidad de tocar en lugares como Le Tentación, El Bembé y Sabor Latino, visitados por una gran cantidad de jóvenes amantes de la salsa. Su contrato más reciente lo consiguieron en La Cantinita de Bartola. 

Para el entrevistado, José Cortaza deberá ser recordado como un padre responsable, profesionista dedicado a la música, que entre sus propósitos estaba el cursar una maestría en educación.  

La muerte del estudiante de la UV y músico de la orquesta Mayabe ha levantado ámpula entre la población de la capital del estado. A través de redes sociales, los ciudadanos hacen reclamos al gobierno estatal:

“Miguel Ángel Yunes Linares, a ver si sigues diciendo que los muertos por la inseguridad en la que estamos sumidos son todos delincuentes. A tal grado ha llegado tu ineptitud que ya no se puede salir ni a ganar el pan sin miedo a ser asesinado. RENUNCIA”, comentó el amigo de José en su cuenta de Facebook.  

“Cuando piensas que no podemos estar peor, pasan cosas como esto, en la que ya ni siquiera podemos salir a trabajar”, concluyó el amigo de la víctima.

ams