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Estresa a padres de niños con cáncer sospecha de desabasto de medicinas por el Insabi

Esta miércoles padres de niños que son atendidos en el Hospital Infantil Federico Gómez cerraron Insurgentes para exigir que les explicaran los detalles de la creación del Insabi

Escrito en METRÓPOLI el

“Lo que me preocupa es que nos quiten los gastos catastróficos, porque de hecho ya ahorita a mi hija le hicieron una quimio la semana pasada y nos dijeron que en la próxima ya hay que ir viendo la manera de comprar las 10 vacunas que necesita”, expresa con preocupación Crisanto Flores, padre de una niña que es atendida en el Hospital Infantil de México Federico Gómez. 

Él es uno de los papás que cerraron Insurgentes este miércoles para exigir que les explicaran los detalles de la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) antes de que se aprobara en comisiones del Senado de la República, solicitud que no fue tomada en cuenta por los legisladores. 

El grupo de familias se unió debido al desabasto de metotrexato en agosto pasado, desde entonces han dicho que continuarán luchando para que sus hijos cuenten con los medicamentos y la atención que requieren. Por eso les preocupa la desaparición del Seguro Popular y la implementación del Insabi, ya que tienen dudas sobre el acceso que tendrán a servicios de salud. 

La Secretaría de Salud ya ha asegurado que los afiliados al Seguro Popular serán absorbidos por el nuevo Insabi, que se prevé que sea aprobado este jueves en el pleno del Senado de la República y que entre en vigor a partir del 1 de enero de 2020.   

Crisanto sostenía una pancarta con el mensaje “exigimos consulta en materia de salud”, destacó que su mayor preocupación es que se va a cambiar el nombre al Seguro Popular y que se utilizarán los recursos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos para implementar el nuevo instituto. 

Se le quiebra la voz al hablar de su hija Cristal Janet Flores Suárez, quien a sus tres años fue diagnosticada con retinoblastoma, como parte del tratamiento le extirparon uno de sus ojos, pero “estamos tratando de salvarle el otro, es la esperanza para que pueda ver mi hija, porque a mí no me gustaría que le saquen los dos”, dice mientras se seca las lágrimas. 

Todo comenzó a inicios de este año, cuando la pequeña se dio un golpe en una mesa y cuando fueron al doctor se dieron cuenta de que este accidente fue a causa del retinoblastoma, que provocó que ella no viera bien. 

Esta familia veracruzana dejó todo lo que tiene allá para buscar atención médica en el Hospital Infantil de México, en donde Crisanto asegura que los han atendido muy bien, pero que ahora el fantasma del desabasto apareció. 

“La trabajadora social le dijo a mi esposa que era la última quimio que le iban a dar la vacuna (a mi hija), se la dan después  y necesita 10. Gracias a Dios, no habíamos tenido que comprar medicamento más que gotas para sus ojos o paracetamol, pero ya los otros medicamentos son algo caros y ellos nos estaban apoyando en dándonos”, expresa. 

La cuestión económica es una de las que más le preocupa a este padre, ya que perdió su trabajo en Veracruz y aquí no tienen cómos solventar sus gastos, por eso viven en Cuautitlán, Estado de México, en casa de un amigo que les tendió la mano. 

Esa es una de las razones por las que a Crisanto le interesa mucho que le expliquen cómo se va a transformar el sistema de salud y que les garanticen que la atención para su hija va a continuar como hasta ahora. Mientras sostiene su pancarta en medio de avenida Insurgentes, enfatiza “es muy triste tener un hijo así, es mi única hija y pasa esto, se siente feo, pero ni modo, hay que aguantar“.

MJP