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Entre enfermedades, la vida se va a adultos transportistas en Tabasco

Centenares de adultos mayores transportistas enfrentan una historia adversa a raíz del despojo de sus concesiones y placas por parte de la 4T de Tabasco

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Escrito en ESTADOS el

VILLAHERMOSA.- Toda una vida la dedicó al transporte público de pasaje urbano en esta ciudad, pero hoy diabética, hipertensa y en sillas de ruedas, doña Carmita Santos Ficachi, 84 años, carece de ingresos para lo más indispensable, como el pago de sus consultas y compra de medicamentos.

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“Se rasca uno como puede y con la ayuda de los hijos”, lamenta la octagenaria, quien sostiene que no tendría por qué pasar esa necesidad si no fuera por el actual gobierno autollamado de la Cuarta Transformación, pues desde el año pasado los mantiene “secuestrados”, al pretender a toda costa despojarlos de sus concesiones y placas de transporte público.

Igual que doña Carmita, con domicilio en avenida Mina, colonia Mayito, centenares de adultos mayores transportistas enfrentan una historia adversa a raíz del despojo de sus concesiones y placas por parte de la 4T de Tabasco.

En 2008, todos los concesionarios del transporte público de pasaje de la capital tabasqueña, aportaron las 2 mil 241 placas de sus unidades “Combis” y Urban –las cuales retiraron de la vía pública - como acciones para conformar la empresa Transbus, con manejo gerencial que cambió al transporte masivo de autobuses, 230 unidades climatizadas, con pago del pasaje a través de tarjetas recargables, operados con choferes uniformados y capacitados.

El Transbus fue organizado y financiado por el gobierno de Andrés Granier Melo, 2007-2012, como parte de la modernización del transporte público de la capital estatal. Se establecieron 18 rutas, con sus señaléticas y carril exclusivo en las principales avenidas, taller mecánico y patio de maniobras.

Por vez primera, para su movilidad, la población contaba con un transporte público moderno y cómodo, sobre todo por sus autobuses color verde con aire acondicionado, timbre para solicitar la parada, paraderos con información de la ruta.

Aunque el gobierno estatal supervisaba la administración del Transbus al tener el cargo de Comisario, los concesionarios estaban contentos, sobre todo porque hasta el último año de Granier Melo, 2012, recibían dividendos mensuales, en promedio de nueve mil pesos por cada placa aportada, más cinco mil 500 pesos de reembolso por concepto del descuento del 50 por ciento del pasaje a estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidades.

LA DEBACLE Y RUINA DEL TRANSBUS

A raíz del arribo al gobierno estatal del perredista Arturo Núñez Jiménez, por las rencillas políticas con su antecesor, al que incluso encarceló, el perredista empezó a tratar de desaparecer el Transbus a través de sus secretarios de Comunicaciones y Transportes (SCT), José Antonio de la Vega Asmitia y luego Agustín Silva Vidal, que representando a la administración estatal ocuparon el lugar como Comisario de la empresa, además de que la dependencia era la normativa del sector.

A partir de allí despidieron al Despacho “López Deantes”, responsable de la contabilidad diaria y de los gastos de operación del Transbus, y se cambió a los presidentes del Consejo de Administración, donde colocaron a amigos e incondicionales, que se prestaron al manejo irregular de la empresa del transporte público de pasaje urbano.

“Toda la debacle y ruina del Transbus” se fraguó con Núñez Jiménez, con su titular de la SCT, José Antonio de la Vega, afirma el socio transportista, Guillermo González Caso, de 71 años, quien hasta marzo de 2013, fungió como director de Operaciones.

El también socio transportista recuerda que tuvo que renunciar al observar que por órdenes de De la Vega – quien ahora con el gobierno estatal de la 4T, fue secretario de Energía y de Gobierno- empezaron arrumbar las unidades, algunos casos solo por caducar la batería, que aunque reclamaba la compra solo recibía una respuesta negativa.

De la Vega Asmitia, lueo fue secretario de Energía y de Gobierno de la 4T de Tabasco, y actualmente es Jefe de la Oficina de la Secretaría de Gobernación federal.

Cuando inició el gobierno nuñista habían 126 camiones del Transbus en operación, pero en menos de tres meses solo trabajaban 86, pues empezaron a amontonarlos en el patio de operaciones. Vino un “fuerte golpe” en 2015 cuando quemaron 47 unidades que estaban en el patio de maniobras.

La Fiscalía General del estado (FEGT) en esa ocasión inició la indagatoria con la Carpeta de Investigación respectiva, pero nunca avanzó en encontrar a los culpables, ni dio a conocer el contenido de las videograbaciones de las cámaras de seguridad del lugar, y archivó ese expediente y el delito quedó impune.

PUNTILLA, DESPOJO Y TRATO INHUMANO A SOCIOS

Con el arribo del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, periodo 2018-2024, los viejos transportistas esperaban que se solucionaría la movilidad de Villahermosa, y se apoyaría a la reconstrucción del transporte público de pasaje.

Sin embargo, los problemas de operación y financieros del Transbus se agudizaron, más con la llegada de la pandemia, pues empezaron a retrasarse los pagos del gobierno estatal por concepto del reembolso por el descuento del 50 por ciento a estudiantes, Adultos Mayores y discapacitados, y se redujo de los 5,500 pesos cada mes, a 4,500 pesos.

Finalmente, desde octubre de 2020, hasta la fecha, se canceló totalmente ese pago que recibían mensualmente para dejar sin ningún ingreso a los socios del Transbus, y encima se inició el proceso de despojo de sus concesiones y placas entregadas para formar la empresa transportista. Los más de un millar de socios transportistas empezaron a vivir el peor viacrucis de sus vidas y sobrevivir con la avanzada edad y enfermedades.

Al menos unos 40 socios fallecieron por falta de sus medicamentos, pues se quedaron sin recibir ingresos, por la quiebra económica al dejar de percibir los dividendos por concepto de utilidades hace ocho años, pero desde finales del 2020, el gobernador con licencia y actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, les canceló el reembolso de 5,500 pesos al mes por concepto del descuento a estudiantes, adultos mayores y discapacitados.

Los cerca del millar de transportistas socios del Transbus, en el adverso panorama en que se encuentran, ahora exigen les devuelvan sus concesión y placas del transporte público, para laborar en el servicio que siempre han prestado, tener un respiro y poder sobrevivir los últimos años de su vida.

Aferran los últimos años de sus vidas, dicen, con lo establecido en el acta constitutiva y escritura con la que se creó la empresa, que “en caso de liquidación o disolución” de la empresa los socios que aportaron su concesión, continuarán prestando el servicio como lo venían realizando “a su propio riesgo y expensa”.

Sin embargo, la 4T de Tabasco pretende despojarlos de sus derechos y quedarse con las placas que les pertenece a estos transportistas socios del Transbus, según la postura externada por el secretario de Movilidad del estado, Narciso Oropeza Andrade.

El desencanto y decepción de estos viejos transportistas hacia su paisano y presidente Andrés Manuel López Obrador, es muy sentido, pues pensaron que por ser tierra natal y por ser un gobierno emanado también de Morena, los políticos contarían con una sensibilidad y sentido común correcto. “Pero resultaron peor”, esgrimen molestos al considerar que ellos son el ejemplo de la injusticia en este gobierno.

Aseguran que a lo largo de estos últimos nueve años – seis del sexenio de Arturo Núñez Jiménez y tres de la actual administración de la Cuarta Transformación -, los transportistas “hemos sido objeto de embates” de esos gobiernos, que ha afectado severamente el patrimonio, pero también al público usuario por el deficiente servicio para su movilidad.

DEVUÉLVANOS LAS PLACAS, CLAMAN ANCIANOS

La señora Carmela Hernández, de 83 años, con certificado de aportación número 382 del Transbus refiere que, junto con su desaparecido esposo, lucharon como transportistas para consolidar un patrimonio a fin de tener una vejez tranquila y sin problemas económicos.

En su casa del fraccionamiento “27 de Octubre”, doña Carmela, viuda desde hace 19 años, exige la devolución de las placas para que pongan a trabajar nuevamente una unidad de transporte como lo hizo mucho tiempo, y poder sobrevivir su vejez.

El gobernador con licencia Adán Augusto López Hernández, designó como secretario de Movilidad del estado (antes SCT), a un notario público, Narciso Oropeza Andrade –quien continúa en el cargo-, sin que tuviera conocimiento alguno en el sector. Actualmente existe una “total anarquía” en el transporte público de pasaje, aseguran socios del Tranbus.

Este funcionario, con la orden de su jefe, crea una empresa de transporte “patito”, llamada Movilidad de Tabasco (Movitab) S.A. de C.V. con sólo 10 unidades adquiridas por el gobierno estatal que da servicio en nueva ruta creada y que ya tiene problemas financieros pues la pusieron en servicio sin estudio ni diagnóstico previo.

Oropeza Andrade también otorgó 20 nuevas concesiones para transporte público de pasaje urbano, que asignó a sus amigos, de manera ilegal, sin convocatoria de por medio, como lo establece la Ley, y pasando por encima de antiguos transportistas.

El transporte público de Villahermosa, es un caos, pues ya no se cubren las rutas de la ciudad que tenía el Transbus, y de manera desordenada, ilegal y la corrupción, el secretario de Movilidad, Narciso Oropeza entregó placas para introducir unidades que cubran algunas zonas de la ciudad. La población se ha visto obligada a pagar taxi para viajar al trabajo, supermercado, etcétera, cuya tarifa mínima es de 40 pesos por un servicio corto.

DESHUMANIZADA 4T CON ADULTOS MAYORES

Doña Olga María Soberano, quien cumple 76 años en diciembre próximo, es otra transportista a quien la 4T de Tabasco pretende despojarle su concesión y placas que durante toda su vida trabajó y era su fuente de ingreso.

Con domicilio sobre la carretera Samarkanda, en la Ranchería Sauces, en la periferia de la capital tabasqueña, esta adulta mayor sobrevive de los trabajos manuales de costura, tejido y bordado, “uno le tiene que buscar”, lamenta.

Incluso, doña Olga ahora es víctima del “deficiente” transporte público en zona donde tiene su domicilio, donde ya no existe una ruta de ese servicio público.

Otro caso es el de doña Marcia López Saldívar, 58 años, hipertensa, diabética y con afecciones cardiacas, quien además requiere de costosas cirugías de columna y vista, pero que ya no cuenta con su fuente de ingresos, por la quiebra del Transbus y la retención de su concesión y placas del transporte público.

Don Enrique López Muñoz, 83 años, con problemas cardiovasculares y a quien recientemente se le implantó un marcapasos, pero sin su fuente de ingresos sobrevive como puede en su casa de la calle Las Flores, colonia Petrolera.

Otro adulto mayor, Manuel Jesús Hernández Díaz, cristiano que confía en El Señor, en que pronto el gobierno de la Cuarta Transformación les devuelva sus concesión y placas del transporte público, a fin de poder trabajar y sobrevivir.

A sus 74 años – 50 de ellos dedicados al transporte público-, dice que con la bendición el poder Divino, tuvo a sus hijas que le apoyan por el momento con todo lo que necesita en su casa, ubicada en la calle José Moreno Irabién, colonia Primero de Mayo, en Villahermosa.

Don Miguel Compañ Jiménez, 87 años, casi 60 de ellos como transportista, relata que “los centavos que tenía guardados ya me los comí”. Es su hija dedicada a la masajeterapia, quien compra la comida de la casa y con el apoyo que recibe por concepto de la tercera edad, “allí me la voy pasando”.

María de la Paz Vidal Hernández, 73 años, también enferma no le alcanza para comprar sus medicamentos al no contar con ingresos, “me mantienen mis hijos” con lo que pueden.

Recuerda que, con el reembolso por concepto del descuento del pasaje a estudiantes, se compraba sus medicinas.

“Urge que nos devuelvan las concesiones y placas que nos pertenecen, para trabajar y poder vivir. Estaríamos bien al continuar laborando en lo que siempre hemos hecho”.

Los concesionarios del Transbus, “dejaron su vida en las combis” del transporte público de pasaje en Villahermosa, donde ahora las autoridades ilegalmente le están entregando placas a sus amigos que nunca han sido transportistas.



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