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El pacto de “El Chapo” con “Los Zetas” para fugarse del Altiplano

Hace tres años, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, se escapó del penal mexiquense a través de un túnel

Escrito en NACIÓN el

Eran las 20:52 horas del 12 de julio del 2015 cuando las cámaras de seguridad de la celda 20 del pasillo dos del área de Tratamientos Especiales del Penal de El Altiplano le perdieron la vista a Joaquín Guzmán Loera.

“El Chapo” se había escapado a través de un túnel en la coladera de la regadera; su segunda fuga de una cárcel federal de máxima seguridad.  

Una extensa red de corrupción que el líder del Cártel de Sinaloa habría facilitado el escape del capo, una fuga que comenzó a cocinarse desde un mes después de la captura de “El Chapo” el 22 de febrero del 2014.

Sin embargo, hubo una alianza clave y extraordinaria que Guzmán Loera consumó dentro de los muros de El Altiplano: el jefe máximo del Cártel de Sinaloa se alió con “Los Zetas”.

“Los Zetas”, consideradas una de las organizaciones criminales más sanguinarias del mundo, nacieron como brazo armado del Cártel del Golfo con el único fin de eliminar al Cártel de Sinaloa.

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Posteriormente se emanciparon del Cártel del Golfo, pero continuaron siendo enemigos a muerte del Cártel de Sinaloa.

Dicha alianza se facilitó gracias a que el vecino de celda de “El Chapo” dentro del penal era Sigifredo Nájera Talamantes, “El Canicón”, jefe regional en Tamaulipas de “Los Zetas”.

Guzmán Loera habría pactado con Nájera Talamantes una tregua dentro de El Altiplano, esto con el fin de que ambas organizaciones mediaran intereses en común y pudieran seguir con sus operaciones desde dentro del penal.

Y así fue. Cuando “El Chapo” fue detenido por segunda ocasión militares le habría preguntado quién se quedaría en su lugar, a lo que Guzmán Loera respondió que su compadre, Dámaso López Núñez, “El Licenciado”. Sin embargo, eso no sucedió, desde su celda, el capo sinaloense seguía liderando el cártel.

La comisión bicameral de Seguridad Nacional reveló que Guzmán Loera recibió visita 386 de los 477 días que estuvo recluido, lo que habría permitido el constante contacto de "El Chapo" con el exterior. 

La alianza no fue bien vista por dos de los máximos líderes de “Los Zetas”: Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, y su hermano Omar Treviño Morales, “El Z-42”. Ambos fueron protagonista de los tiempos más sangrientos de dicha rivalidad.

Además, los hermanos Treviño Morales estaban más molestos por la estrecha relación que “El Canicón” forjó con Guzmán Loera que la alianza en sí.

El pacto no sólo consiguió que “El Chapo” siguiera operando desde la cárcel, sino que recibía tratos especiales y comenzó a fabricar su fuga.

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Días antes del escape, los presos escuchaban trabajos de maquinaria en el interior del penal, incluso se quejaron del ruido que hacían, sin embargo, los custodios decían únicamente que se trataban de remodelaciones. Dichos ruidos son percatados en los videos que se divulgaron sobre la fuga de “El Chapo”.

Luego del escape de Joaquín Guzmán, internos y custodios fueron entrevistados para deslindar responsabilidades.

Varios de los recluidos en la exclusiva área de Tratamientos Especiales, donde resguardaban a los máximos capos de la droga, habrían hablado sobre la corrupción dentro del penal liderada por “El Chapo”.

Entre los narcotraficantes que habían hablado estaban Mario Casarrubias, “El Sapo Guapo” de Guerreros Unidos; Servando Gómez, “La Tuta”, cabeza de Los Caballeros Templarios; e incluso “El Z-40” y el “Z-42”.

Sin embargo, el que más habló sobre la fuga de “El Chapo” fue el mismo Nájera Talamantes, quien acusó a Celina Oseguera Parra, coordinadora nacional de penales federales, de mantener estrecho contacto con "El Chapo" dentro de la celda, algo prohibido.

 

Oseguera Parra y Guzmán Loera se ponían a platicar, se saludaban y hablaban con mucha confianza, declaró “El Canicón”.

Las palabras del cabecilla de “Los Zetas” sorprendió por el pacto que había realizado con “El Chapo”, sin embargo, pudo tratarse de un deslinde de responsabilidades, un guiño a los Treviño Morales de que seguía con ellos o simplemente una traición artera.

Dos meses después de la fuga del líder del Cártel de Sinaloa, el 7 de septiembre del 2015, Sigifredo Nájera Talamantes falleció de un paro cardiorrespiratorio.

La conveniente muerte de “El Canicón” lanzó varias sospechas. Sus familiares aseguraron que el líder zeta fue envenenado dentro del penal.

Versiones periodísticas aseguran que Nájera Talamantes murió debido a que se tragó tres paquetes de cocaína para posteriormente expulsarlos en el baño y consumirlos o venderlos dentro del penal, pero falleció luego de que uno de los paquetes se abriera en su interior.

Al respecto ronda una versión más, “El Canicón” fue obligado a ingerir la droga para que le estallaran y lo mataran, en venganza por sus declaraciones sobre la fuga de “El Chapo”.

Tres años después de la fuga, todavía se desconoce la verdadera razón de la muerte de Sigifredo Nájera Talamantes, mientras que “El Chapo” se encuentra detenido en Estados Unidos a semanas de que inicie el juicio en su contra.