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El firme convencimiento de AMLO en sus proyectos políticos

Aún queda tiempo de corregir el camino para afianzar y mejorar los cambios políticos que, sin duda, estamos viviendo. | Cuitláhuac Alfonso Galaviz Miranda*

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Escrito en OPINIÓN el

Creo que, estemos de acuerdo o no con el nuevo gobierno federal, difícilmente podemos dudar que el presidente López Obrador sea un hombre firmemente convencido de sus posturas políticas. Ello puede tener aspectos positivos; por ejemplo, quizá fue esta característica —en conjunto con otras— lo que logró mantener vivo el movimiento social que encabeza el ahora presidente; sobre todo, en momentos especialmente difíciles, como en el periodo posterior a la elección de 2012 después de la clara y decepcionante victoria priísta. Además, me parece que el convencimiento que muestra el presidente sobre sus ideas le imprime energía y fuerza política a sus proyectos (elementos tan necesarios a la hora de cambar estructuras y prácticas políticas).

Sin embargo, también creo que un fuerte convencimiento puede tener aspectos negativos, como pensamientos de autosuficiencia para crear, implementar y evaluar políticas públicas. Es decir, se puede caer en la idea (falsa) de que no es necesario escuchar a sectores fuera del gobierno en el momento de tomar decisiones públicas. Me parece que el presidente López Obrador ha caído varias ocasiones en ese error durante su corto tiempo al frente del ejecutivo federal.

Esto lo ha llevado, en más de una ocasión, a expresar discursos en blanco y negro, donde el gobierno es plasmado como un ente uniforme y sin errores, atacado sólo por “conservadores” que se oponen a los cambios en aras de mantener privilegios. Además, ha sido el camino para tener respuestas hechas a la hora de contestar a todas las críticas, sin que importe demasiado lo marcadamente variado de los actores, contextos, intereses y motivaciones de las críticas. A eso es a lo que le llamo discurso en blanco y negro.

Me parece que el presidente es un político honesto, en ese sentido diametralmente diferente a muchos de los que lo han precedido en el cargo. Sin embargo, también creo que se siente incómodo con las críticas. Y, como se comprenderá, en eso va en contrasentido de las premisas que apuntan que la pluralidad es necesaria en las sociedades democráticas.

Aunque en apariencia no hay censura directa, desde mi perspectiva, el presidente López Obrador ha caído en otras dinámicas que también rayan en un autoritarismo estilo: “Nosotros sabemos lo que hay que hacer y no necesitamos escuchar a nadie”. De esta manera, no se deja espacio para la —a mi parecer— sana duda, para detenerse a por lo menos visualizar la posibilidad de estar equivocado y que, además, el gobierno no tiene por qué ser el único actor que participe en la solución de los graves problemas que nos aquejan como mexicanos.

Además, también creo que sería bueno reconocer que hay personas y grupos que saben más sobre ciertos temas que el propio gobierno y sus colaboradores; en materia migratoria, por ejemplo. Lo menciono porque, desde mi perspectiva, la decisión de utilizar a los migrantes como moneda de cambio política ante el gobierno norteamericano ha sido la peor decisión de la administración encabezada por el presidente López Obrador. No olvidemos que los migrantes en tránsito por nuestro país son, regularmente, los más pobres entre los pobres, los más excluidos entre los excluidos. De modo que la militarización de las fronteras norte y sur (ciertamente, a petición del presidente norteamericano Donald Trump) termina por ser cruel e insensible.

Aún queda tiempo de corregir el camino para afianzar y mejorar los cambios políticos que, sin duda, estamos viviendo. Pero sin mayor apertura del presidente y sin un cambio radical en sus posturas sobre el papel de las críticas, esta posibilidad, a mi parecer, se vuelve más complicada.

*Cuitláhuac Alfonso Galaviz Miranda

Doctorante en Estudios del Desarrollo por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Maestro en Sociología política por la misma institución y Licenciado en Historia por la Universidad de Sonora.