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NACIÓN

“El covid largo me ha arrancado la vida que tenía”

A Sandra, los síntomas posteriores a la covid-19 y que han persistido durante meses, le han arrebatado la vida que tenía

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Sandra Muñoz tuvo covid-19, en agosto del año pasado, desde entonces, ha sufrido de mareos, diarreas, febrículas, debilidad corporal, dolores de cabeza y falta de concentración, lo que, además, le ha generado ansiedad y depresión.

Recuerda que, debido a esos síntomas, se quedó en casa, débil, y fue despedida de su trabajo. Durante unos meses, permaneció en su domicilio, pero como cada vez requería de más ayuda para caminar y hacer actividades, debió irse a vivir con su mamá, en Puebla.

 

Sandra engloba los malestares como “covid largo”, síntomas posteriores a la covid-19 y que persisten durante meses y que, en su caso, le han arrebatado la vida que tenía, antes de padecer la enfermedad.

 

“¿Cómo ha modificado mi vida y salud? Pues básicamente me ha quitado la vida que tenía. Perdí mi trabajo, me despidieron, perdí la capacidad de generar bienestar para mí misma, hoy dependo de mi familia. Apenas a los 11 meses es que comienzo a estar mejor y, aun así, no me fío. Pero estoy mejor que si estuviera en el Instituto de Neurología, consumiéndome, como un vegetal”, dice a La Silla Rota.

 

 

 

Sandra, de 39 años, quien es ingeniera en sistemas computacionales, explica que vivir con el covid largo es como tener diferentes enfermedades. A sus malestares se suma que, cuando ha consultado médicos para que le den un diagnóstico certero, se enfrenta con una respuesta poco efectiva: nada.

 

“Diría que el covid largo es como ser diagnosticado de varias enfermedades y no saber por dónde empezar. A veces lo noto en mí misma, hablo más lenta de lo que lo hacía. Hemos sabido de casos de suicidios porque es algo difícil vivir esto, este dolor neuropático, los zumbidos de los oídos, puede ser tanto que tomes tu vida y decir ‘este es mi recorrido”, continúa con una voz pausada.

 

SIN SALIDA: ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

Algunos médicos le han diagnosticado a Sandra que padece ansiedad y depresión. Ella acepta que las tiene, pero son derivadas de los síntomas de padecer el covid largo. “Imagínese, quién no se va a deprimir luego de vivir algo así”, plantea.

Expone que han sido meses de sentir que a los médicos les falta empatía y que no hay protocolos de atención para casos como el suyo. Buscó en internet y descubrió la existencia del grupo Covid Persistente México Comunidad Solidaria, en Facebook, con 4 mil seguidores sólo en el país.

 

Después del mes de mis primeros síntomas, comencé a hablar con personas en línea. Encontré foros acerca del covid largo y supe que había secuelas y no había información de cuánto podían durar. Vi que había más personas que estaban como yo

 

De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), publicada el 14 de julio, más de 177 mil derechohabientes recuperados de covid-19 han recibido apoyo psicológico, así como terapias físicas y capacitación para realizar ejercicios en casa.

El programa, que identifica de manera temprana posibles secuelas por el coronavirus, atiende a quienes llegan con sospecha de alguna secuela secundaria a la enfermedad, como dificultad al respirar, tos, sensación de cansancio, miedo y ansiedad.

ES COMO ACUDIR A LOS “AA”

Otra persona como Sandra, con síntomas persistentes de covid-19, es César Medina, quien tuvo covid-19 en octubre del año pasado y en la segunda ola en enero. Pero desde que se enfermó por primera vez, las molestias relacionadas con la covid no han abandonado su cuerpo: febrículas que llegan y se van a ratos, dolores de cabeza, diarreas, e incluso pérdida momentánea de memoria y entumecimiento de sus brazos.

 

 

El joven de 29 años y quien vive en Guadalajara, Jalisco, también forma parte del grupo de Covid Persistente, el cual ayudó a fundar. Recuerda que, cuando lo creó, inicialmente se alzaron 500 manos, luego mil y ahora son 4 mil integrantes.

 

Hemos tenido contactos con médicos de otros países y seguimos dando apoyo. Los miércoles tenemos un grupo como los de AA y damos terapia de grupo. Hay gente que dice que se ha querido suicidar

 

Entre sus objetivos busca el reconocimiento por parte de las autoridades médicas y la creación de protocolos de atención para personas que, como él y otros miles, aún conviven con las molestias de la covid-19.

“Es una condición de salud compleja ya categorizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la cual autoridades mexicanas no han atendido y no hay protocolos para su abordaje multidisciplinario, y hay más de 207 síntomas”, se queja.

NO SON SOMATIZACIONES

César desea que las personas que, como él, padecen covid largo, no sean catalogados sólo con ansiedad o problemas de somatización –padecimiento que convierte malestares psíquicos en malestares corporales–, como ya le ocurrió a la maestra Viridiana Hernández, a quien una doctora de la Unidad Médica de Cuautitlán del IMSS atribuyó sus males a “somatizaciones”, como se ve en un resumen de su diagnóstico. 

La maestra, de 37 años y quien vive en Tultepec, en el Estado de México, recordó que, en septiembre de 2020, a raíz de que su esposo comenzó a tener tos y baja saturación de oxígeno, fue diagnosticado con la covid-19. Viridiana presentó un cuadro leve de pérdida de olfato y dolor de garganta. Aunque a ella no se le hizo la prueba para detectársela, por sintomatología y el contacto con su esposo el doctor determinó que también la tenía.

Como los síntomas que tuvo fueron leves, su tratamiento fue con paracetamol, y se hizo cargo de su esposo mientras su mamá se encargaba de sus dos hijos. A inicios de octubre fue dada de alta. Pero fue en enero, cuando estaba en su apogeo la segunda ola de casos, fue cuando comenzó a tener síntomas persistentes, manifestados a nivel gastrointestinal, con diarrea, estreñimiento y dolor estomacal. Ahí comenzó su “martirio”.

 

“Posteriormente aparecieron otros síntomas, como fatiga, ojo seco severo, pérdida de peso –perdí 10 kilos en una semana– debilidad, hipotensión, taquicardias, palpitaciones, hormigueo, desregulación de la presión arterial, disminución del olfato y distorsión del gusto. Un día hasta pensé que iba a morir”, dice la maestra de primaria.

Viridiana toma antidepresivos recomendados por prescripción de una doctora del IMSS, pero asegura que no está deprimida. “Siempre he sido una persona feliz, la depresión viene con los síntomas”. También se ha realizado diversos estudios médicos, lo que ha significado constantes gastos que castigan su economía.

“No hay bolsillo que aguante los estudios, los he pagado yo […] Queremos recuperar nuestra vida”, exclama. Muestra una foto donde se ve su aspecto antes de la llegada de la pandemia. Se ve un rostro más joven. “Así he cambiado”, remarca.

RENUENTES A RECIBIR LA VACUNA

Frente a la oportunidad de recibir la vacuna, Sandra y César enfrentan un dilema. El de ponerse o no la vacuna contra la covid-19. Temen que, en caso de hacerlo, crezcan sus dolencias y ambos no descartan no acudir a un centro de vacunación. Sandra dice que por el momento no piensa vacunarse.

El caso de Viridiana es diferente. Al ser maestra, debió aplicársela para continuar dando clases, pese a ser virtuales, pero en su trabajo les pidieron a todos ponérsela. Cuando le aplicaron la Cansino, que fue la que les correspondió a los maestros, los síntomas empeoraron.

 

Me la puse con miedo, me hizo una reacción horrible y estuve en cama con cansancio, escalofríos y mis síntomas se agravaron con la vacuna. Sigo mal y no me he recuperado y a la fecha siento que empeoré. El único beneficio que le veo a la vacuna es la protección de una posible infección cuando salgo. No lo hago más que ir a consulta médica y cuando lo hago, al otro día amanezco como si me hubieran atropellado

 

La senadora suplente, Laura Ballesteros ha subido en Twitter parte de su testimonio de cómo, después de que resultó positiva en pruebas de covid en junio del año pasado y luego en enero, ha sufrido de síntomas persistentes.

 

No termino de recuperarme por las secuelas que me deja la infección, dolores de cabeza y pecho intensos, dificultad para respirar, debilidad muscular, náuseas y mareos. Hace dos meses fui al Instituto Nacional de Cardiología, donde me diagnosticaron periocarditis, como secuela. El periocardio es una membrana cercana al corazón y si se inflama hace que corazón trabaje a ritmos cardíacos altísimos y se sienta mal todo el tiempo

 

DETECTAN 55 EFECTOS

La Silla Rota alertó, desde febrero pasado, sobre personas que, luego de haberse contagiado de covid-19, seguían con algunos síntomas. El principal era la fatiga, pero no el único. Así lo reportó un grupo de científicas que se dedicaron a investigar la covid prolongada.

En el reportaje, publicado el 16 de febrero, se refería que el grupo, encabezado por Sandra López-León, doctora en epidemiología y genética, detectó entonces que había 55 efectos a largo plazo asociados a la covid-19.

De acuerdo con la investigación, que analizó información de 48 mil pacientes que tuvieron covid en diferente grado, 58 % de los pacientes estudiados dijo sentirse cansado, 44 % tenía dolor de cabeza y 27 % sufría de trastorno de atención. Otro síntoma es la caída del cabello, que lo sufre 25 % de los pacientes.

 

El doctor Giorgio Franyuti, de la organización internacional Medical Impact, explicó a La Silla Rota, que, aproximadamente, 1 de cada 5 pacientes con covid largo presentan manifestaciones físicas similares a las de los entrevistados por este medio.

“La afectación física prolongada no resuelta puede generar frustración y ansiedad ante la incertidumbre del origen y tratamiento de su padecimiento, por lo que inician estas manifestaciones”, explicó.

En otras ocasiones se observan además afectaciones cardíacas, desde hipotensión postural ortostática –que es una presión arterial que se produce cuando una persona se levanta, y entonces se siente aturdido o mareado– y la bradicardia, el descenso de la frecuencia cardíaca normal, y aunque de manera inicial no representa un peligro para la vida y la función, pueden asustar al paciente con miedo y ansiedad, que a la larga puede juntarse con depresión. Entonces se convierte en un tema de salud mental.

“La salud mental es ahora un tema agenda de salud mundial, bastó una pandemia para hacer notar su importancia”, añade Franyuti. Pronostica que, con las nuevas variantes del virus, la presencia de covid largo pudiera aumentar o prolongarse en aquellos que la sufran.

MJP