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SISTEMA DE SALUD BAJO LA LUPA

El cementerio de hospitales del sector salud

Durante los sexenios anteriores se debilitó la infraestructura del sistema de salud del país, es el diagnóstico del actual titular de Salud, Jorge Alcocer

Escrito en NACIÓN el

Desde hace más de 10 años, el sector salud empezó a convertir al país en un cementerio en el que hoy se encuentran 328 hospitales y clínicas inconclusos, 132 de los cuales están en olvido total. El gran reto de la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador es detectar cuáles de estas obras aún se pueden resucitar.

La Silla Rota obtuvo, con base en la ley de transparencia, el listado total de inmuebles del sector salud del Instituto Mexicano del Seguro social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de todo el país, con un monto implicado de 25 mil 004 millones 456 mil 454 pesos, los cuales se invirtieron de 2005 a enero de 2019.

El secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, ha dicho en varias ocasiones que durante los sexenios anteriores se debilitó la infraestructura del sistema de salud del país, incluso en declaraciones al diario La Jornada habló de un centenar de hospitales en el abandono.

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El problema más complejo es el que afecta a la Secretaría de Salud, que tiene un total de 250 hospitales que están sin concluir, de los de los cuales 124 están suspendidos y 126 en proceso.

De acuerdo con información que proporcionaron las entidades federativas para la actualización del Plan Maestro de Infraestructura Física en Salud, entre estos centros hospitalarios se encuentran 84 unidades de hospitalización, 25 nuevas, 38 sustituciones y 21 ampliaciones. Asimismo, hay 164 unidades de consulta externa, 42 nuevas, 103 sustituciones y 19 ampliaciones. Además, dos establecimientos de apoyo.

 

 

Al sumar el gasto estimado en esas construcciones se observa que se invirtieron 18 mil 884 millones 091 mil 602 de pesos del erario; sin embargo, la población sigue sin tener acceso a los servicios de salud en algunas zonas del país, debido a que no se han logrado concretar estos centros.

 

Oaxaca es el estado que encabeza la lista negra de los hospitales abandonados. Esta entidad que tiene casi 4 millones de habitantes y que está en los primeros lugares de estadísticas de pobreza en el país, también alberga 60 clínicas que están sin concluir.

Llama la atención que 45 de ellos están suspendidos, la mayoría son centros de salud que se planeaban construir en localidades de la entidad. Destaca el caso del Hospital de la Mujer Oaxaqueña, el cual se empezó en 2015 y de acuerdo con la Secretaría de Salud fue suspendido, aunque tiene 93% de avance.

Al menos 19 de estos hospitales suspendidos se iniciaron en 2008, bajo el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz. Actualmente se reporta que hay sólo 15 de estos centros en proceso de edificación.

El monto total invertido en las 60 obras hospitalarias que están sin terminar ni operar es de mil 514 millones 087 mil 205 pesos, según los datos que estima la Secretaría de Salud.

El segundo lugar lo ocupa Veracruz, en donde hay 36 hospitales sin terminar, 30 de ellos están abandonados y los otros seis aún están en proceso de construcción. En ese estado se gastaron mil 034 millones 020 mil 059 pesos en las obras.

Del total, 29 de esos centros de salud se empezaron a construir en el periodo de 2010 a 2016, tiempo en el que fue gobernador Javier Duarte de Ochoa, quien después fue acusado de corrupción y enriquecimiento ilícito.

En esa entidad destacan los casos del Hospital Psiquiátrico Dr. Víctor M. Concha Vázquez, ubicado en Orizaba, y del Hospital General Naranjos, en Naranjos Amatlán, ambos suspendidos con más de la mitad de avance de la obra.

El tercer estado con mayor número de hospitales sin concluir es Jalisco, en donde se inició la edificación de 25 centros desde hace algunos años, pero 19 se encuentran suspendidos actualmente

Los otros seis están aún en proceso, como el Hospital General de Lagos de Moreno, que lleva 11 años en obra y no lo han logrado terminar, a pesar de que tiene 80% de avance y que se han invertido 221 millones de pesos.

Las obras inconclusas en tierras tapatías empezaron entre 2007 y 2015, época en la que los gobernadores fueron Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval.  El monto total que se gastó en esas construcciones asciende a 532 millones 494 mil 236.

Las entidades que continúan en la lista de hospitales olvidados son el Estado de México con seis centros, Chihuahua con cinco, Guerrero con cuatro y Sinaloa con tres.

Baja California, Nayarit, San Luis Potosí y Yucatán tienen dos hospitales suspendidos respectivamente, mientras que Campeche, Michoacán, la Ciudad de México y Tabasco reportaron uno.

Destaca el caso del Hospital de Especialidades Miguel Hidalgo, en Aguascalientes, que está en construcción desde 2007 y tiene 96% de avance. En él se han invertido mil 327 millones 028 mil 793 pesos, cifra mayor a lo que se gastó en los 36 hospitales de Veracruz.

Hay otros casos peculiares, como el del Hospital General de Mexicali, que aparece en dos ocasiones en el listado, una como suspendido y otra en proceso, igual que el Hospital General Agustín O'' Horan, que está dos veces en los documentos, en ambas como suspendido.

También figuran en proceso de construcción el Hospital General Montemorelos y el Hospital General Sabinas Hidalgo "Virginia Ayala de Garza”, en Nuevo León, aunque ambos están abandonados desde hace algún tiempo.

La entidad con más obras en proceso es Guanajuato, donde están en edificación 21 centros hospitalarios. Resalta el hecho de que Colima, Tlaxcala y Quintana Roo son las tres entidades en las que la Secretaría de Salud no reportó algún hospital inconcluso ni en el que se esté llevando a cabo alguna ampliación.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ya había alertado en 2016 de los principales rezagos que prevalecen en el sistema de salud mexicano, en el que “existen brechas considerables entre los derechos a la atención de salud de los individuos en el papel y sus experiencias en la realidad, con los cubiertos por el Seguro Popular en particular desventaja”.

De acuerdo con datos del organismo, en el país se destina 6.2% del PIB a la salud, cifra menor al promedio de la OCDE, que es de 8.9%. Detalló que en 2016 el gasto para ese rubro fue de mil 80 pesos por persona, que es casi cuatro veces menor con el estándar fijado con otros países, que es de 4 mil 3 pesos.

Esta falta de recursos se ve reflejada en la atención, ya que a nivel nacional hay 2.4 médicos por cada mil habitantes, mientras que la capacidad de hospitalización también es baja, ya que sólo hay 1.6 camas por cada mil personas.

Alcocer Varela, ha dicho en varias ocasiones que durante los sexenios anteriores se debilitó la infraestructura del sistema de salud del país; sin embargo, adelantó que en este año no se planea construir nuevos hospitales.

Esta semana, en entrevista con el periódico La Jornada, Alcocer Varela dijo que “en cuanto a la infraestructura, se han encontrado 100 hospitales abandonados, de los cuales alrededor de 60 podrían concluirse este año. Después habrá que dotarlos de equipo y personal”.

Destacó que ante el panorama actual, durante esta administración planea construir hospitales universales, los cuales se aprobarán solamente si forman parte de la red que incluye centros de salud, así como hospitales de segundo y tercer nivel.

La OCDE también alertó que “el contexto social y demográfico de México presenta retos significativos. La salud y la prosperidad se siguen distribuyendo de forma desigual, donde las personas en los estados del sur, las mujeres, los niños y los grupos indígenas viven en desventaja”. Esos estados son los que tienen más hospitales abandonados. 

Quien destapó esta problemática a principios de año fue Asa Cristina Laurell, subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud. Durante una conferencia destacó que las construcciones que se encuentran en el olvido son uno de los factores que llevó al presidente López Obrador a poner al sistema de salud como uno de los temas principales de su agenda.

 

Creo que fue lo que hizo que el presidente López Obrador decidiera que él quiere que salud sea una de sus máximas prioridades, que tenemos obras abandonadas o inconclusas en todo el territorio nacional. Estamos hablando de más de 250 obras que algunas están abandonadas desde hace un año, otras hace 10 años y así se fue suscitando", resaltó.

 

El fin de semana pasado el periódico Reforma publicó una entrevista con la subsecretaria, en la que señaló que para recuperar los hospitales que son viables se necesita invertir 14 mil 600 millones de pesos. Detalló que algunos de éstos se empezaron a construir por fines políticos y sin la planeación requerida, ya que algunos no estaban registrados en el sistema oficial.

EL IMSS Y EL ISSSTE NO SE SALVAN

En los datos obtenidos vía transparencia, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta que actualmente tiene 49 hospitales en proceso de construcción, 17 son obras nuevas, ocho son de sustitución y 24 son alguna remodelación en las clínicas que ya existen. Detalló que en total, la inversión destinada para esas obras es de 4 mil 635 millones 164 mil 014 pesos.

El IMSS no mencionó tener alguna obra inconclusa; sin embargo, hace unas semanas Germán Martínez Cázares, director general del Instituto, dijo durante su comparecencia ante el Senado de la República que al asumir el cargo encontró hospitales “en ruinas”.

Comentó que el terremoto del 19 de septiembre de 2017 causó daños al Hospital General Regional No. 25 “Zaragoza”, el cual dejó de operar en octubre del año pasado y está a la espera de ser demolido.

El caso más representativo es el de la Unidad de Convalecientes del Centro Médico Nacional, que fue afectado por el terremoto de 1985 y desde entonces no se le ha hecho nada.

 

 

Mientras que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reporta 29 hospitales que están inconclusos, 23 de ellos están en proceso de construcción y en seis casos fue suspendida la obra porque se rescindió el contrato. Informó que en estas construcciones gastó un total de mil 845 millones 200 mil 838 pesos.

 

También durante su comparecencia ante senadores de las Comisiones de Salud y de Seguridad Social, Luis Antonio Ramírez Pinedo, director general del ISSSTE, dijo que tienen un rezago de inversión en infraestructura, ya que hay 33 obras que no se han concluido. Esto aunado a un pasivo de 20 mil millones de pesos.

 

 

“LOS HOSPITALES SON COMO LOS PACIENTES, CADA CASO ES DIFERENTE”

 

El problema de los hospitales abandonados es multifactorial, explica Eduardo González Pier, asociado del Centro para el Desarrollo Global, quien señala que se puede deber a errores de planeación, a razones políticas, a que no se cumplió con la autorización, a vicios en las licitaciones o a que el personal médico necesario no quiere ir a algunas zonas, entre otras.

Menciona que la parte costosa y complicada del servicio hospitalario es la operación, no la construcción, por lo que muchos gobiernos locales recurren a las obras para presionar la puesta en marcha de los proyectos y asegurar que recibirán recursos del presupuesto.

González Pier dice que otra de las causas es que hay razones políticas para levantar clínicas y centros de salud. “Es políticamente muy atractivo construir hospitales en las localidades, porque la gente lo ve como un beneficio. La gente vota a favor de los políticos que les llevan servicios indispensables como salud”.

El especialista recuerda que otro de los factores que influye en la suspensión de obras es que no cumplan con el certificado de necesidad que se establece en la Ley General de Salud, el cual fue uno de los elementos innovadores del Seguro Popular. “Si el hospital se construye sin esta autorización, sin este certificado, la Federación no está obligada ni da el dinero para operarlo".

Señaló que también en ocasiones hay vicios en las licitaciones y eso hace que se suspendan las obras, así como problemas con el manejo de la mecánica de suelo. Otra de las cuestiones es lograr contar con los médicos que se requieren y puso de ejemplo un hospital que se encuentra en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el cual está subutilizado porque cambiaron los niveles de violencia en la zona y cuando se trató de operar costó mucho trabajo llevar personal.

 

Así como un paciente, en el que cada caso probablemente sufre de distintas cosas, aquí hay que ver en cada hospital qué fue lo que pasó. Lo importante es que de los 250 hospitales que se identificaron que no están en pleno funcionamiento, hay que entender por qué y revisar si se tienen las capacidades para resolver ese problema o si debería de resolverse. No por el hecho de que tengas un hospital que no está funcionado la respuesta automática debe de ser 'hay que hacerlo funcionar'”, enfatiza González Pier.

 

Asegura que es necesario revisar en qué hospitales es viable continuar con la construcción, cuáles se hicieron bien y determinar si es posible contar con el personal médico que se requiere, porque esos son a los que se les puede dar un impulso para que operen.

 

Mi punto aquí, muy importante, es que es caso por caso, no todos caen en la misma lógica de que fue un error, a veces fue un acto de oportunismo, a veces fue una lógica política equivocada, se pudo haber subestimado la capacidad de atraer talento. El mensaje central, como siempre, es que no hay soluciones fáciles a problemas complejos. Estas cosas ni son nuevas ni son casualidad”, indica.

 

 

 

 

 

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